La feria colombiana de Manizales arrancó esta noche con un festejo de rejones accidentado. La nota más destacada fue la lesión de Joao Moura hijo, que se fracturó un dedo de la mano derecha. Tras pasar a la enfermería, no puso salir a estoquear el quinto ejemplar de la tarde.
Sin embargo, no fue ésta la única incidencia reseñable en un festejo al que le falló el cauce de la "normalidad". La imposibilidad de Moura para lidiar el quinto generó que los dos rejoneadores portugueses lidiasen el toro por colleras, centrados fundamentalmente en gestos al público.
El primero de la terna, el colombiano Willy Rodríguez, fue incapaz de estoquear a ninguno de sus dos toros. En su lugar tuvo que intervenir el sobresaliente, que tampoco consiguió su cometido. Tras un mitin con la espada y escuchar los tres avisos del cuarto, el presidente ordenó que fuese un puntillero quien finalizase el lamentable espectáculo.
El otro colombiano del cartel, Jorge Enrique Piraquive, sufrió una aparatosa cogida en el sexto. Afortunadamente, jinete y cabalgadura resultaron ilesos, pero el ruedo se convirtió en un gran desorden, ofreciendo una pésima imagen. A pesar de ello, paseó una cariñosa oreja.
Lo más destacado de la tarde fue un encierro encastado de Dosgutiérrez, con mucho motor y transmisión. El único de la terna a la altura resultó Moura en el único que pudo matar, dando una vuelta al ruedo.
Burladero.com
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